Si bien las inquietudes de los varones son variadas, hay algunos aspectos que predominan sobre otros. Por ejemplo, el tema de la caída del pelo es una preocupación frecuente, y a veces a edades tempranas. También son habituales cuestiones como el envejecimiento y la grasitud de la piel.


Por Dr. Pablo Pera Pirotto.

Es claro que las mujeres son las que más consultan a los médicos especialistas en estética. Pero, desde hace algunos años son cada vez más los hombres que concurren buscando mejorar en cierta forma su aspecto.

Esta tendencia se aprecia no sólo en nuestro país (Uruguay), sino también a nivel mundial. Basta analizar la publicidad en los medios para constatar que los grandes laboratorios dedicados a la cosmética lanzan periódicamente productos o líneas dedicadas en forma exclusiva al sexo masculino.

Si bien las inquietudes de los varones son variadas, hay algunos aspectos que predominan sobre otros. Por ejemplo, el tema de la caída del pelo es una preocupación frecuente, y a veces a edades tempranas. Para esta alopecia llamada androgenética, por su origen hormonal y hereditario, existen distintos tratamientos médicos y quirúrgicos.

La mesoterapia capilar es una terapia basada en microinyecciones, mediante la que se aplican sustancias como minoxidil, biotina y pantenol, en varias sesiones. Por otra parte, se utiliza el plasma rico en plaquetas, que aporta factores de crecimiento que estimulan el desarrollo del folículo piloso. Todo esto se puede apoyar con lociones y fármacos específicos en el hogar.

En cuanto a lo quirúrgico, los microimplantes son una solución definitiva, que se basa en la extracción de los bulbos pilosos del sector occipital de la cabeza (en donde no caen los cabellos) y su colocación en las regiones en donde falta el pelo. Una vez que estos implantes “prenden”, comenzarán a crecer y ya no se caerán.

En cuanto al envejecimiento, los pacientes buscan generalmente técnicas que mejoren su aspecto, pero que no requieran largos períodos de recuperación que les impidan continuar con sus actividades laborales y sociales habituales.

En este sentido, la aplicación de toxina botulínica para atenuar las arrugas del entrecejo, las de la frente y las “patas de gallo” a los costados de los ojos, es un tratamiento habitual. Con mínimas punciones y en forma totalmente ambulatoria, se puede lograr un aspecto más descansado y despejado de las áreas tratadas.

Lo mismo ocurre con los rellenos faciales, que se utilizan sobre todo para mejorar los surcos naso-genianos y las depresiones a nivel de las comisuras bucales.

Otra consulta frecuente es la grasitud de la piel, que se acompaña de puntos negros, quistes o incluso lesiones de acné. Si bien hay excelentes productos para la limpieza y reducción de la seborrea, existen tratamientos como los peelings, la dermoabrasión y la aplicación de láser, que ayudan a mejorar la calidad cutánea y reducir las manchas.

En todos estos tratamientos, tanto en el hombre como en la mujer, debe tenerse siempre presente que hay que buscar una mejoría, pero siempre conservando los rasgos y facciones que caracterizan a cada persona.